Wednesday, September 11, 2013

Juzgas mi cara, sin conocer mis huesos

Aveces aprieto los ojos,
Limpio mis lágrimas secas;
Trago ese amargo peso 
Y miro hacia el cielo vacío...

Que hermoso es el precio
De queriendo conquistarlo todo
Quedarse en la puerta 
Lamiendo mis propias heridas 
Y con un camino tan agotante,
Cruel y desalmado.

Que pesadas son las horas 
Tan extrañas e insensibles

Tan venenosa la sensación
De sentirse tan sólo,
Aún estando rodeado por extraños 
Que de pie a cabeza te conocen,
Y con prejuicio predecir alguna acción pueden;
Pero en realidad no conocen las líneas
De las letras que tu alma compone

Tan ignorante esos que hablan de vida
No promoviendo su sentido,
Más bien aplicándola presumen 
En su apariencia misma.


No comments:

Post a Comment